El vicealmirante de la Armada de EE.UU., Joseph
Aucoin, ha señalado esta semana durante su comparecencia ante el Centro
de Estrategia y Estudios Internacionales (CSIS, por sus siglas en
inglés), que EE.UU. necesita misiles antibuques más sofisticados para
poder rectificar su retraso ante el liderazgo de China en la fabricación
de ese tipo de armamento.
De acuerdo con Joseph Aucoin a partir del año 2017,
EE.UU. planea lanzar un proyecto para reemplazar los envejecidos
sistemas del Harpoon RGM-84 con ojivas más sofisticadas destinadas a
reducir su retraso ante China en la fabricación de misiles antibuques.
Según Breaking Defense, el
oficial ha destacado dos posibles opciones competitivas a través de las
cuales el país norteamericano podría lograr el citado objetivo: la
modernización de sus viejos misiles de crucero Tomahawk o la de los nuevos misiles antibuques de largo alcance (LRASM).
Además Aucoin dijo a los periodistas que los diseñadores de LSARM y
Tomahawk deben competir en la modernización de sus diseños con el
objetivo de obtener "el mejor proyectil posible" que podría utilizarse
por la Armada de EE.UU. contra buques enemigos.
"La competición de estos dos tipos de misiles es una buena idea", ha
comentado el comandante jubilado de la Armada, Bryan Clark, subrayando
que "Tomahawk sería una opción más barata", mientras "LRASM es la más
segura".
Actualmente ambas potencias se encuentran inmersas en una 'guerra de
radios de alcance' ('range war') en la que intentan demostrar quién
puede llegar más lejos con sus misiles, quién tiene la mejor y mayor
fuerza aérea y naval y quién domina más espacio de la región en disputa
en Asia-Pacífico.
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