lunes, 25 de noviembre de 2013

Ahora son las ojivas chinas las que alarman a medio mundo

 


Un informe reciente de la Comisión del Congreso de EEUU sobre las relaciones económicas y de seguridad con China indicó que el misil balístico intercontinental chino JL-2 de emplazamiento en submarinos está próximo a ser puesto en misión de combate.

Esta es ya la segunda declaración norteamericana de esta naturaleza, en los últimos tiempos, que revela que el componente naval de las fuerzas nucleares estratégicas de China se estaría convirtiendo en amenaza real para EEUU.

En julio, medios de difusión estadounidenses, citando una fuente del gobierno informaron de que ya el año próximo, era posible esperar los primeros patrullajes de submarinos chinos con misiles nucleares.


En 1987 se conoció el primer submarino chino de misiles nucleares del proyecto 092 “Gran travesía 6”, cargado con doce cohetes, o “Xia”, según la clasificación occidental. Durante todo el tiempo de su servicio no ha cumplido ninguna misión de patrullaje. Se ha limitado a incursiones de corta duración en el mar para ejercicios y pruebas. 

El submarino, que suma ya innumerables fallas técnicas ha servido más que todo, de plataforma experimental para que la flota acumule la experiencia necesaria. En el caso del estallido de una crisis internacional importante, es probable que la nave pueda ser sacada al mar, y sus doce cohetes de tan solo mil setecientos kilómetros de alcance sirvan de un medio de disuasión. Pero, la mayor parte del tiempo ha estado en la base, siendo un blanco muy vulnerable para un ataque nuclear de sorpresa.

China está construyendo, en nuevas condiciones, toda una flota de submarinos de misiles nucleares: la serie de submarinos del proyecto 094 cuenta con cinco naves, de las que tres están ya terminadas. Ha sido diseñado el proyecto de submarino 096, que a diferencia del 094 y 092, llevará montados ya no doce, sino veinticuatro cohetes. Estos justamente han sido durante largo tiempo el punto débil del proyecto. Los nuevos submarinos debían estar dotados de misiles de alcance intercontinental, pero durante muchos años sus pruebas fueron un fracaso.

 
Sin embargo, en 2012, en las pruebas sobrevino un vuelco y fueron remontados los últimos escollos para el desarrollo de las fuerzas navales chinas de disuasión.

El surgimiento del componente naval de fuerzas nucleares estratégicas, dispuestas al combate, puede tener consecuencias interesantes para la política nuclear china. Durante largo tiempo, la mayoría abrumadora de las cargas atómicas chinas desplegadas han sido controladas por la Segunda Brigada de Artillería del Ejército de China, por las tropas de cohetes estratégicos, que responden del servicio, almacenamiento de las ojivas, de la prolongación de su recurso y vigilancia.

 
El conocido investigador norteamericano Mark A. Stokes, del Institute Project 2049, escribía en su trabajo que, la base central china de almacenamiento y manutención de las ojivas nucleares, conocida como Base 22, una instalación subterránea de envergadura situada a ciento cuarenta kilómetros al occidente de Xian, estaba subordinada, desde enero de 1979, a la Segunda Brigada de Artillería.

El sistema chino de subordinación del sistema de almacenamiento y de manutención de las cargas nucleares a un tipo de las fuerzas armadas difiere, radicalmente, de la práctica soviética y rusa, en que un organismo, la Dirección General 12 del Ministerio de Defensa, respondía de los proyectiles nucleares, tanto de las Tropas balísticas, como para la Armada, la Fuerza Aérea y para la Infantería.


 
En la realidad china de fines de la década de 1970, tal decisión tenía sentido. El valor del componente aéreo de las fuerzas nucleares chinas era entonces casi nulo, debido a la falta de de aviones de combate modernos y de misiles de cruceros. Tan solo años más tarde iban a contar con el primer submarino atómico, el que resultó ser poco eficaz. Todo el potencial real de disuasión nuclear se concentraba en la Segunda Brigada de Artillería. Stokes apuntaba que, las contadas ojivas atómicas estaban destinadas para las necesidades de la Fuerza Aérea y de la Armada, y todo parece indicar que eran también controladas por la Segunda Brigada ya mencionada.

La situación ha cambiado ahora radicalmente. Los primeros tres submarinos de cohetes nucleares, ya entregados, van a contar con treinta y seis misiles balísticos intercontinentales. Cuando la cantidad de submarinos llegue a los cinco, estarán dotados ya de sesenta misiles. Y en adelante, su cantidad podría crecer a medida que vayan construyéndose grandes submarinos del proyecto 096. Hasta ahora, nada indica de la existencia en cohetes chinos con varias ojivas. Pero, todo parece indicar que, va a continuar el trabajo en el perfeccionamiento de estos cohetes y que China, siguiendo el ejemplo de otros países que cuentan con submarinos de misiles nucleares pertrechará sus cohetes navales con ojivas múltiples de guiado autónomo.

 
Es evidente que el sistema de control y manutención de las ojivas nucleares debe perfeccionarse considerablemente. ¿Podrá seguir a cargo de la Segunda Brigada de Artillería o se planteará la creación de un nuevo sistema? De mayor actualidad que antes se torna lo del sistema chino de decisión del empleo del arma nuclear, y de las medidas de seguridad tomadas por los chinos frente a un lanzamiento no autorizado. 

Toda la información existente revela que, en la Segunda Brigada de Artillería regían y rigen severas medidas de seguridad. Por lo menos, por una serie de evaluaciones, los viejos cohetes de combustible líquido se almacenaban, en tiempos de paz, sin las ojivas. Es muy posible que tales medidas de precaución persistan hasta ahora. Al nivel de las bases de cohetes, del almacenamiento de las ojivas responden regimientos especiales, sometidos también a la Base 22.

Sin embargo, todo el sentido de la construcción de un potente componente naval de fuerzas nucleares estratégicas consiste en el despliegue permanente del arma nuclear en el submarino atómico que navega. Es indudable que los chinos cuentan ya con un sistema propio, bien pensado, de tratamiento del arma nuclear de la flota, procedimientos que fueron ya ensayados en su submarino experimental del proyecto 092. Y sin embargo, a medida que crece el arsenal nuclear chino, estas interrogantes se tornan el objeto de atención fija de todo el mundo.

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