Utilizando
un láser de alta energía para derribar un avión no tripulado en
Ochsenboden (Suiza), Rheinmetall demostró el potencial operacional de
combinar este tipo de arma con un sistema de defensa aéreo avanzado. Los
observadores pudieron apreciar dos demostradores de armas láser en
acción, cada uno con diferentes parámetros de prestaciones de 10 kW,
integrándose con una unidad de control de tiro Oerlikon Skyguard 3 y una
torreta con cañón Skyshield. Modular y escalable, el sistema consistió
en dos elementos de 5 kW, además de presentar otro de 1 kW especialmente
montado en un vehículo TM 170. Ambos se desplegaron en varios
escenarios: como medio de protección contra amenazas asimétricas
terroristas; en un contexto contra cohetes, artillería y morteros C-RAM
(Counter Rocket, Artillery, and Mortar); y de defensa frente a UAV
(Unmanned Air Vehicle).
El arma de láser de 1 kW hundió una
balsa móvil de caucho (como sucedáneo de una lancha rápida enemiga) y
también se mostró efectiva en la destrucción de artefactos explosivos
improvisados (IED) y neutralizando armamento que no había explotado a
una distancia segura. En el escenario C-RAM, el arma de 10 kW reveló que
doblaba la salida 5 kW (según el estatus de diseño de 2010), mejorando
sustancialmente sus prestaciones contra disparos de morteros, reduciendo
el tiempo de enganche a la mitad. Un hito tecnológico en defensa aérea
fue el enganche de un UAV con el demostrador de 10 kW, siendo capaz de
detectar, seguir y dar en el blanco, destruyéndolo en vuelo.
El Skyguard detectó la amenaza, inició
el proceso de seguimiento del blando electrónico, pivotó la torreta del
Skyshield en la dirección del blanco y transmitió sus datos al
demostrador de láser, destruyéndolo en segundos.
El fabricante alemán espera tener a punto un sistema de alta energía de 100 kW en los próximos tres a cinco años.
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